Sueño tangible
Tras
numerables años de lecturas nocturnas, novelas devoradas una tras otra, ensayos
redactados, análisis de obras, cuatro entregas semanales de diferentes
materias, sumergida entre escritores y letras, llantos de cansancio y
desesperación, pero también de interminables risas compartidas con mis
compañeras y amigas de maestrías detrás del ordenador, por fin el día de hoy cierro
un capítulo.
Dos
preparatorias, dos licenciaturas, dos maestrías –en julio termino la segunda
maestría– y apenas hoy, por primera vez puedo asistir a una graduación. Siempre
he corrido por el mundo, entre salón y teatro, ensayo y función, sin poder presenciar
un evento como este. Uno por uno somos nombrados por los directores, hasta que llega
mi turno. Lo tomo, doy la mano a los directivos y me volteo, quiero saludar a
los asistentes que aplauden, pero recuerdo “Aquí no es función”. 
Con
el título entre mis manos, me siento, los demás nombres siguen desfilando, pero
por la mente solo retumba mi nombre sobre el papel, retengo mis lágrimas, es
una fantasía tangible, pero no quiero llorar, aunque sea de felicidad.
Abrazos,
brindis, fotos, platico con los directores, recibo comentarios de mi tesis.
Ellos, doctores en arte y letras, me parecían letrados inalcanzables, y recibir
hoy comentarios tan valiosos de mis Escenas
de una bailarina: “Manejas un estilo único, cada escena tan diferente a las
demás”, escucho al Dr. Rolando Vilasuso decirme: 
“Al
leerte, observo y disfruto cómo en muchas de tus escenas recreas descripciones,
sonoridades, ambientes lumínicos, texturas y toda una sensibilidad, espiritualidad
y sentido sinestésico de corte impresionista. En otras, incursionas en el
realismo mágico europeo (el de finales del siglo XIX y principios del XX, no en
el del boom latinoamericano). Por momentos, tu narración se torna existencial,
pero termina triunfando la esperanza, la vida y el arte. Tu maravillosa
adolescencia está presente a lo largo de toda tu escritura y lograste que un
hombre adulto como yo, con muchos más años que tú, viviera o reviviera contigo
tan extraordinarias experiencias de juventud. Ha sido un gran honor leerte y
tenerte en nuestra maestría.”
Muy
pronto saldrá a la luz estas Escenas de
una bailarina y más ahora con el segundo y último voto aprobatorio de mis
lectores, para que mis lectores puedan disfrutar de ellas y saber mucho más de
mí. 
Pero
el festejo no termina con más festejo, retorno con los pies en la tierra a mis
próximos proyectos que me emocionan al pensar en ellos: el estreno de mi obra
coreográfica Alter ego este jueves 29
de junio; el remontaje, adaptación y creación de mi Suite de la Bella y la Bestia para el Palacio de Bellas y Artes.
Saco mi PC y notas para asentar otro proyecto que estoy preparando para pronto
compartirlo con ustedes y que puedan gozarlo junto conmigo. 
Gracias
a mis ojos que me permitieron leer tanto, a mi mente e intelecto que me
siguieron el trote que les marqué, al tiempo que me permitió sacar lo mejor de
él y a todos mis fieles lectores de mis Escenas,
ensayos, poemarios, y análisis de obras que les compartí, a Alejo
Carpentier por dejar un legado valioso de novelas, y sobre todo a mis maestros
de la maestría, doctores letrados eruditos, por hacerme una mejor escritora,
desarrollar mi capacidad crítica y apreciación artística.

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