Sólo
nosotros conocemos nuestra historia,
esto
nos tocó vivir.
Las
sombras retumban a cada atardecer,
vivo
en la espera viendo danzar los días a meses de tu ausencia.
Besos
dormidos que buscan despertar en cada llamada.
Camino
descalza sobre mi memoria,
recorro
una y otra vez aquellos trazos de vida que compartimos;
los
dibujo repetidamente intentando revivirlos.
El
mar canta tu nombre,
palpita
el latir de la inquietud
en
un ir y venir que no se sosiega.
Recuerdos
como llamaradas 
se
desprenden de una existencia que ha andado demasiado,
pero
no se cansa de pensarte.
Por
las promesas lanzadas
asiento
una mirada al ayer y me asomo al futuro.
He
de decirte en cada verso lo mucho que te amo,
pero
cómo he de expresarlo sin tener que vivir esta añoranza.
Llega
el sueño con sabor a tiempo perdido,
párpados
que ponen fin a las lágrimas del recuerdo,
me
despido de las horas
hasta el nuevo amanecer.

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